La inteligencia artificial vio su origen en el año 1956 en una conferencia que brindó Dartmouth en Estados Unidos. En ese momento comenzaron a aparecer los primeros ordenadores digitales en los laboratorios universitarios.

En aquella conferencia participaron matemáticos y científicos informáticos, quienes estaban interesados en la demostración de teoremas y algoritmos mediante máquinas. 

Durante su breve existencia, la Inteligencia Artificial ha atravesado numerosas etapas de transformación:

En la primera etapa, los investigadores, impulsados por la euforia de los primeros éxitos, hicieron declaraciones apresuradas y exageradas que posteriormente fueron fuertemente criticadas. Por ejemplo, en 1958, el estadounidense Herbert Simon, quien más tarde recibiría el Premio Nobel de Economía, afirmó que en diez años las máquinas serían campeonas del mundo de ajedrez, a menos que se las excluyera de las competencias internacionales.

La segunda etapa, llegó a mediados de la década de 1960, cuando los avances en IA tardaron en hacerse sentir. En 1965, un niño de diez años derrotó a una computadora en una partida de ajedrez, y un informe encargado por el Senado de los Estados Unidos en 1966 puso de relieve las limitaciones intrínsecas de la traducción automática. Como resultado, la IA tuvo mala prensa durante una década.

A pesar de los obstáculos, la investigación en IA continuó y dio lugar a una tercera etapa. Durante esta fase, se centraron en la psicología de la memoria, los mecanismos de comprensión y el papel del conocimiento en el razonamiento. Se desarrollaron técnicas de representación semántica de los conocimientos que contribuyeron al desarrollo de los sistemas expertos, que utilizan el conocimiento de especialistas cualificados para reproducir sus razonamientos. Estos sistemas despertaron grandes esperanzas en la década de 1980 con múltiples aplicaciones, por ejemplo, para el diagnóstico médico.

Lo cierto es que con la invención y aplicación de nuevas tecnologías como el internet se resignificó la evolución de sistemas de IA. En sus inicios se tomó a la inteligencia artificial como sistemas individuales, como en el caso de los robots, en la actualidad las aplicaciones de IA combinan tecnologías como aplicaciones de localización de rutas o la traducción de idiomas.